Estos tres elementos se entrelazan permitiendo el tiempo necesario para la reflexión, la intuición y la inspiración. La creación no se fuerza, sino que se cultiva desde la escucha interna, fomentando un proceso creativo que fluye de manera natural. La metodología Slow Creativity es un camino de transformación personal que nutre tanto el alma como la mente.
Fundamentado en investigaciones sobre los beneficios de la desaceleración, el enfoque Slow fomenta un estado mental que facilita la reflexión y la creatividad sin distracciones. Los estudios en torno al movimiento Slow evidencian que, al reducir el ritmo, promovemos una mayor atención al detalle y un proceso creativo más profundo y significativo.
Las investigaciones en neurociencia y psicología han demostrado que el yoga mejora la concentración, reduce el estrés y aumenta la capacidad para generar ideas innovadoras. La metodología Slow Creativity integra la práctica del yoga y la meditación como una herramienta para sincronizar cuerpo y mente, proporcionando una base fisiológica y emocional que favorece el proceso creativo.
Basada en estudios sobre creatividad, intuición y estado de flujo, nuestra metodología sostiene que la creatividad surge con mayor facilidad cuando se cultiva la intuición y se libera el control consciente. La intuición se convierte aquí en un recurso práctico y tangible para desarrollar nuevas ideas y perspectivas, apoyada en técnicas de auto-observación y conexión con el entorno.
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